Tres especies de truchas –arcoiris, fontinalis y marrón- y una de salmón, de las más codiciadas por los pescadores del mundo entero, constituyen la valiosa riqueza íctica de los Parques Nacionales de la Patagonia. En esta región la pesca está muy reglamentada. Solo se permite la pesca deportiva con señuelos artificiales, en distintas modalidades.
La trucha arcoiris, clásica por su lista rosa iridiscente a lo largo del cuerpo y también por su voracidad y agresividad, abunda en casi todos los lagos y ríos de la región. Acepta casi cualquier clase de señuelos y cucharas, pero especialmente moscas, parte vital de su dieta. La trucha fontinalis, también conocida como trucha de arroyo, es una de las más hermosas. En las aguas límpidas de las cuencas lacustres de estos parques, destaca esta trucha su brillante colorido y todos los matices del rojo, anaranjado, verde y azul.
La trucha marrón es procedente de Alemania. Es otro prodigio de la naturaleza en colorido, sus manchas irregulares de distintas tonalidades se hallan rodeadas de un halo violeta o amarillo. Toma con voracidad toda clase de señuelos de acción.
El salmón de los Parques Nacionales es la subespecie del salmo-salar. Los estupendos ejemplares que se capturan en el Lago Traful, han hecho de éste, un lugar muy visitado por los pescadores deportivos. Se practican las 4 modalidades de pesca más populares, el trolling, spinning, baicast y Fly-Cast.
Dentro de los Parques Nacionales, se destacan los siguientes pesqueros: + Lago Correntoso + Lago Espejo + Lago Falkner + Lago Hermoso + Lago Huechulafquen + Lago Lácar + Lago Lolog + Lago Machónico + Lago Paimún + Lago Traful + Lago Mascardi + Lago Gutiérrez + Lago Nahuel Huapi + Lago Guillelmo + Lago Hess
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