En esta región Andina, tanto del lado chileno como del argentino, se halla en forma aislada o en grupos, este árbol que resulta inconfundible por su corteza color canela completamente lisa, la cual se desprende en trozos. Deja manchas claras y rojizas con un bello efecto de conjunto. En el arrayán, el follaje verde oscuro de hojas brillantes y pequeñas y sus frutos negro-violáceos, contrastan con sus blanquísimas flores, semejantes a azahares, dando la impresión de que el árbol estuviera nevado.
Se encuentran al sur de la península de Quetrihué y al norte de la Isla Victoria, constituyendo un espectáculo inusual, muy visitado y apreciado por los turistas. Muchos ejemplares de gran desarrollo, dejan al bosque casi en penumbra y exaltan las extrañas manchas de sus troncos y las tortuosas ramas de caprichosas formas. En mérito a sus excepcionales condiciones, para asegurar una eficaz protección y prever al máximo toda alteración o destrucción, ha sido declarado Parque Nacional.
También abundan aquí: coihues, ñires, cipreses de los Guaytecas, alerces, palo santo, laurel, canelos y fucsias. Cierto hongo denominado llao-llao forma grandes nudosidades en las ramas del coihue. El amancay pone notas de gran colorido en verano, mientras que la rosa mosqueta, oriunda de Europa, se utiliza para la producción de dulces y elaboración de té. Respecto de la fauna, se pueden observar zorros colorados, padues y huillines (nutria patagónica). Aves como el fío-fío, huala, pájaro carpintero y el chucao, éste último de sorprendente canto.
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